La
caza, según la orden de vedas, se abre el primer domingo de octubre pero, en el
término en el que caza el viejo, suele abrirse el último domingo de ese mes. La
razón es que, para entonces, la caza en general y las perdices en particular
están más fuertes y son, por tanto, más difíciles de seguir. Y es que los
cazadores, contra lo que muchos creen, procuran conservar la caza. Y, en
consecuencia, les parece bueno ponerse las cosas más difíciles ellos mismos,
antes de que los animalistas se las pongan sencillamente imposibles. Por cierto, el día en que también se empoderen los vegetalistas no sé qué coño vamos a comer.
Por
otro lado, teóricamente, se podría cazar todos los días desde el primer domingo
de octubre hasta el día 8 de febrero en que se cierra oficialmente la
temporada. Eso daría cuatro meses de caza, es decir, unos 120 días.
Sin
embargo, para procurar que las especies se conserven, los socios del coto, de
mutuo acuerdo, han decidido cazar sólo los domingos. Eso hace que el número de
días de caza quede en unos 15, cifra
que, a su vez, suele reducirse cuando el clima, alguno de esos domingos, la
hace impracticable. Esta severa limitación de días es otra medida que permite
disfrutar de la caza sin ponerla en riesgo. Así la caza, que es un recurso
antiguo, sigue existiendo para los paladares que siguen apreciándola. Y que,
por cierto, cada vez son menos pues el disfrute culinario de la caza pasa, amén
de por patear el campo muchas horas con más o menos fortuna, por limpiarla en
casa y luego saber cocinarla. Y sobre todo lo de limpiar la caza echa a mucha
gente para atrás. Es otra actividad cruenta para la que las sensibilidades
modernas, más adictas al McDonald, están poco preparadas.
En
algunos cotos, donde los agricultores sufren estragos causados por los conejos,
pueden cazar todos los días hábiles del desvede. Así que cada coto, dependiendo
de sus características tiene su propio proyecto de caza. Y la caza menor sigue
existiendo en los campos, como ha ocurrido a lo largo de los siglos.
Al
viejo le gusta que los socios quieran preservar la caza y por tanto está muy de
acuerdo con cazar solamente los domingos. Aunque aún recuerda los años lejanos
en que se podía cazar a diario. Aunque también es cierto que en aquellos años
casi nadie tenía coche, la mayoría de las personas muy poco poder adquisitivo y
estaban libres casi todos los términos. Hoy aquello sería inviable.
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