01 noviembre 2009

El día de Todos los Santos


Al parecer tal día como hoy solía celebrarse la festividad de Todos los Santos. Y es que había santos conocidos pero también, se llegó a la conclusión, de que los había desconocidos. Y esto no es cosa mía, que lo dice la misma Santa Madre Iglesia. A mí esto me pareció siempre muy bien y, de verdad, tenía razones para ello.
Primeramente, porque, por una vez, la Iglesia se declaraba, con humildad ejemplar, ignorante y desconocedora de algo sacro, aunque sólo fuese un triste censo y, por tanto, se inhibía y no decía la última palabra sobre el tema, como tiene por costumbre. Y miren, seriamente, para mí estas cosas son de agradecer.
Además, de este modo, la Iglesia se consideraba, por una vez, imperfecta en algo. Pues, ni siquiera ella, tan sobrada de medios, podía hacer, como es debido, un arqueo, estadística, estadillo o inventario de todos los santos que en el mundo han sido. Y, pues claro, si es natural.
Por otro lado, qué gusto para esos santos ignorados que, quizás, fueron santos con menos medios y más merecimientos que otros, que se estableciera un día para ellos, siquiera uno: el día del santo desconocido. Que, para el caso, aunque no lo anuncien así, viene a ser lo mismo. ¿No les parece?
Claro que, al mismo tiempo, la Iglesia, con mucha vista, que todo hay que decirlo, puso este día también por otras razones. Me explico: porque si, pongamos por caso, a un buen cristiano se le olvidaba honrar a, es un decir, San Celedón, en el día de su cabal fecha, pues no pasaba nada. Lo único que tenía que hacer, el buen cristiano, era dedicarle sus honras el día de Todos los Santos y éste, Celedón, las recibíría con carácter retroactivo y no se quedaba sin ellas. ¿Ven qué fácil? Ahí estuvieron listos los padres de la Iglesia. Fue como poner un sustituto a todas las fechas. Así se evitó la caída de veneraciones por olvido. Y muy bien, porque eso fue dar facilidades al culto que falta hacía.
Otra cosa, que se quiso resolver con la instauración de este día, fue el overbooking de santos que se produjo en el año natural. Piénsese que al principio, la iglesia, era una empresa humilde, con altas miras, sí, pero modesta y, claro, no tenía más que unos pocos santos, que si los evangelistas, que si los apóstoles… bueno, poco más que la alineación de un equipo de fútbol y casi sin suplentes. Sin embargo, con el paso de los años y el incremento de la plantilla, por el triunfo de la fe, pues llegaba un día y ¡hala’, que han martirizado a doscientos; ¡ahí va!, que han echado trescientos a los leones; ¡toma ya! , que han crucificado a otros seiscientos…. Y así. Por un lado, todos los que participaban de la misma fe, estaban contentos de pertenecer a una iglesia tan seria y de tanto éxito pero, las cosas como son, se quedaron en cuatro días sin calendario con tanto mártir y tanto santo. Luego, ya, pusieron procesos de canonización para impedir el acceso al santoral en cuatro días, y los abusos de venga de santos y de mártires, porque aquello es que ya no parecía serio. Así que, en este aspecto, pues, qué quieren que les diga: otro acierto. Si es que no se puede decir otra cosa.
Eso sí, hay algo que no me convence. Y, lo digo como lo siento, lo veo como un fallo: que a los santos, sólo los nombran ellos, o sea, la jerarquía eclesiástica. ¿Pues no están viendo los fallos que cometen? ¿Pero es que no ven que ellos mismos han tenido que poner esta festividad porque la cosa se les iba de las manos? Pues, hombres de Dios, pidan colaboración. Yo creo que debían dejarnos nombrar santos también a los que no somos religiosos, porque, si algunos nos parecen santos a nosotros, que somos unos descreídos, imagínense lo que habrían de parecerles a la gente piadosa. Sería infalible.

8 comentarios:

lohengrin dijo...

Claro que sí,tienes razón.Yo votaría por San Salvador de Atica,que hay que ver lo que lleva en sus espaldas...
Cariños

Soros dijo...

Oh, Señor, Señor, haznos perseverar en el verdadero camino como hasta el día de la fecha. Sin manillar.
Besos, Lohen.

lohengrin dijo...

Se me caducó el carnet de conducir...

Soros dijo...

Para ir por la vida sin manillar, no lo necesitas.
Besos.

Anónimo dijo...

Alguno puede estar en contra de esta celebración, que a mí me trae olor a crisantemos y brilos oro en los chopos de la vega que contemplo desde el cementerio. Hay opiniones para todos los gustos. Lo que no entiendo es cómo tantos se han pasado sumisamente a la tradición americana.

Un saludo desde aquí, al lado.

Antonio I.

Soros dijo...

Supongo que te refieres al jálogüin. Pues ya sabes que todos vamos de modernos por la vida. Pero es cosa sabida que donde esté una buena noche de las ánimas y un día de todos los santos que se quiten todas esas chorradas yanquis. ¡Joder! ;-)
Un abrazo.

Ángeles dijo...

A mí lo de Halloween me parece como si los americanos imitaran la Semana Santa: una ridiculez.

Soros dijo...

Sí, Ángeles, pero llevamos tanto tiempo imitando que esto es sólo una cosa más.