09 diciembre 2007

Condena


Sarvi, el otro verano estuve con la andaluza en su pueblo, a ver a su familia como hacemos algunos veranos cuando andamos bien de perras que es pocas veces. Y ya sabes, porque tú lo sabes bien, que yo en casa no paro, que es que no puedo. O me voy al campo o a la calle. Como no ando ya bien de las piernas para ir donde las ganaderías de lo bravo, que es donde más me gusta ir, pues me dije ¿qué haces, Colás? Así que me fui a dar una vuelta por Bailén y enseguida sentí cantar en una taberna. ¿Colás, dónde vas a ir que más valgas? Al minuto estaba dentro a escuchar con un vino delante y fumándome un pajandini porque en casa ya sabes que las chicas no me dejan y la mujer menos. No veas como cantaban. Eran dos tíos, Sarvi. Tú ya sabes lo que me ha gustao a mí, sí, mucho me ha gustao… sobre todo por Farina y por Antonio Molina, pero ya, después del accidente me he quedao sin voz y ya no valgo, ¡me cago en diole, en la enclavación y hasta en el patíbulo! Me hubiera estao las horas muertas escuchándoles… No los veas más buenos… Al segundo vino me animé y enseguida le dije al más jaque, hombre, ¿me haría usté un favor si no va a ser molestia?, usté dirá, ¿me cantaría usté “Cuando cumplí mi condena”?... Y no veas, Sarvi. Me la cantó… Me emocioné… y… ¡Papo, no había pa mí consuelo!
Cuando cumplí mi condena
Me vi tan solo y perdío
Me vi tan solo y perdío
Ella se murió de pena…
Y El Colás se queda con los ojos entornados un buen rato tarareando por lo bajo la copla que le emociona y que su voz ya no le deja cantar para afuera.

2 comentarios:

Paz Zeltia dijo...

Que emotivo, Soros.

Yo entiendo lo de cantar "para adentro", casi siempre canto así, porque cuando canto para afuera no se corresponde la melodía con la que tengo en mi cabeza :(

Soros dijo...

Ya veo que perteneces también al club de los que sólo nos sale bien el cante por dentro, porque por fuera lo que sale es irreconocible ;-)