08 abril 2017

1.- Eva y Lilith


En el primer capítulo del Génesis se dice: “Dios creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creo, macho y hembra los creó.”
He aquí una creación simultánea de la mujer y del hombre, ambos a imagen de Dios pero dos seres distintos de la creación. Algo así como los dos platillos diferenciados de una misma balanza en equilibrio, símbolos cada uno de la igualdad. Dos seres independientes y diferenciados, cada uno con su propio peso y personalidad. Y la creación del hombre y la mujer me pareció muy bien. No en vano la hizo el Supremo Hacedor, insistiendo dos veces en que los creó a su imagen. Vamos que la cosa le quedó niquelá.

Sin embargo, algo que ignoramos debió de ocurrir poco tiempo después pues, sin que se den explicaciones, en el segundo capítulo del mismo libro, Dios, por lo que quiera que fuera, se vio obligado a crearlos de nuevo. Pero, esta vez, lo hizo de otro modo.
Primero creó al hombre:
”Entonces Yavé Dios formó al hombre del polvo de la tierra, le insufló en sus narices un hálito de vida y así llegó a ser el hombre un ser viviente.”
A partir de esta nueva declaración divina  comenzaron mis dudas.
¿En qué quedamos? Si ya había creado al hombre y a la mujer, ¿por qué crea de nuevo al hombre? ¿Es que se le estropeó el primero? ¿Acaso se arrepintió de haberlo hecho a su imagen y, más realista, hizo después otro de polvo para que fuera un poco más frágil y menos orgulloso?
Seguramente nunca lo sabremos por esa costumbre que Dios tiene de ser tan hermético y de no dar explicaciones. Un comportamiento que no sé yo de qué me suena.

El caso es que luego le puso en el jardín del Edén junto con todos los otros maravillosos seres animales y vegetales. Pero hete aquí que Yavé Dios dijo: “No es bueno que el Hombre esté sólo, le haré una ayuda semejante a él.”
Es a partir de esta reflexión divina, cuando empiezan a asaltarme las sospechas. Primeramente porque es la primera vez que Dios se refiere al Hombre con mayúscula, detalle que, como a cualquier buen lector, no me pasa desapercibido; y, en segundo lugar, porque el Creador califica de “ayuda” lo que piensa hacerle para que no esté solo, o sea, para que lo acompañe.
Y de nuevo me asaltan, con éxito, las dudas. ¿Es que no había suficientes seres vivos en el Edén para que acompañasen al Hombre?

Y mis temores se confirman cuando poco después, y en el mismo capítulo se dice lo siguiente:
“Entonces Yavé Dios hizo caer sobre el Hombre un sueño letárgico, y mientras dormía tomó una de sus costillas, reponiendo carne en su lugar: seguidamente de la costilla tomada al hombre formó Yavé Dios a la mujer y se la presentó al Hombre, quien exclamó: Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne, ésta será llamada varona, porque del varón ha sido tomada.”
Ya, decididamente, Dios menciona dos veces al Hombre con mayúscula y hace a la mujer de una de sus costillas, tras un sueño letárgico como el de una operación quirúrgica.
¿Qué fue de la primera hembra que Dios hizo, creada también a su semejanza?
Algo raro y desconocido tenía que haber pasado.
Y esta creación segunda de la mujer, por los términos empleados, o sea, hacérsela de una costilla y todo eso, me suena a dependencia de la mujer hacia el Hombre y más cuando el Hombre dice que será llamada “varona” porque del varón ha sido tomada. Que es casi como decir: Ésta es mía.
Todo esto, la verdad, empezó a sonarme raro, bueno más que raro, a sonarme mal, bueno, muy mal.
Y además, luego, cuando se la presenta al Hombre, aparecen en boca de éste estas palabras que le traicionan (el lenguaje, a veces, es muy traicionero y, sin pretenderlo, damos mediante su uso las claves de nuestro comportamiento): “Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne, ésta será llamada varona, porque del varón ha sido tomada.”
Cómo que ésta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne… ¿Cómo que ésta sí? ¿Es que había habido antes alguna otra que no cumplió con sus expectativas?
Parece que sí. Y tuvo que ser la primera, cuál si no.
Todo muy sospechoso. Vamos, yo creo, que un misterio y de los gordos.

A lo largo de la historia, y aún hoy, hay algunos varones malintencionados que, a la vista de todo lo anterior, sostienen, con un punto de superioridad, que la mujer fue el único ser vivo que necesitó ser creado dos veces hasta que, a la segunda, a Dios le salió bien. Olvidan, sin duda tendenciosamente, que el hombre (con mayúscula o sin ella) también fue creado dos veces, si hacemos caso a estos escritos.
¿Qué necesidad tenía Dios de crear al hombre y a la mujer dos veces? Sobre todo teniendo en cuenta que Dios siempre se ha caracterizado, como la industria alemana, por hacer las cosas bien a la primera.
Muchos consideran esto el primer descrédito para  la marca “Dios”.

Pero estos obstinados manipuladores sostienen que si bien al principio Dios creó al hombre y a la mujer simultáneamente y como dos seres independientes, vio después que la cosa no había resultado. Inmediatamente, se puso a enmendar su error creando de nuevo sólo al Hombre para después sacarle a la mujer de una de sus costillas. De este modo consideran a la mujer un ser, ya desde su origen, dependiente del hombre.
Lamentablemente, como Dios no les ha sacado de su error, ellos no lo tienen por tal y, por increíble que parezca, hasta hoy en día, sin ir más cerca, tienen a la mujer por su propiedad.
Estos individuos, sin ningún rubor, sostienen que la mujer es el único ser vivo que hubo de ser creado dos veces. Hasta a Dios, la primera que hizo, le salió mal, apostillan con mucho cachondeo. Y, como ni siquiera Dios puede cambiar lo que ya ha sucedido, pues cogió y no tuvo más remedio que hacer otra nueva. No hubo otra solución.

Todo esto le dijo Paco a su amiga María Vanesa de las Mercedes. Así le habló en tiempo real, o sea, ahora, en nuestros días. Vamos que se lo soltó a la cara hace un momento.

8 comentarios:

Sara dijo...

¡¡¡Genial, Soros!!! Tu amigo Paco discurre de maravilla, porque sí que la marca "Dios" (jajaja) queda muy en entredicho. Yo no he leído el Génesis, pero sí resulta contradictoria esa doble creación de Lilith por un lado, y Eva por otro. Pero igual de contradictoria resulta la creación dos veces del "Hombre" (con mayúsculas y, por supuesto, varón) tratándose del mismísimo Jehová, que con una hubiera tenido bastante.

Pero lo que más lamento es que ya el Génesis nos coloque (o algunos nos coloquen sirviéndose del Génesis) en una posición de inferioridad. Es como luchar contra un estigma que te viene impuesto desde el origen del mundo.

Lo dicho, aplaudo las reflexiones de Paco en tiempo real.

Besitos.

Conxita C. dijo...

Muy interesante Soros, estoy con Sara y con Paco y sus reflexiones y ese poner en entredicho la marca Dios con esa visión un tanto, voy a llamarla peculiar por no decir directamente machista o misógina sobre la creación de la mujer. Pero mira, voy a apostar porque es una interpretación interesada de algunos que quieren desde tiempos inmemoriales hacernos creer que las mujeres somos menos que el Hombre pero afortunadamente ya hace mucho que ni las mujeres ni muchos hombres creemos eso y luchamos por defender que somos distintos pero iguales.

Me ha gustado mucho esa reflexión sobre el Génesis y las incongruencias que en ese libro se dan cuando se quiere leer bien como en todo, hay lecturas y lecturas.
Un saludo y que pases un buen día.

Soros dijo...

Gracias, Sara.
Si lees el Génesis verás que es cierto lo que digo. (Sin enmendar la plana a nadie y, muchos menos, al Altísimo). Pero, como dicen ahora, es lo que hay.
Un estigma que ya viene impuesto desde el origen del mundo, dices. Y creo que llevas toda la razón. Es algo así como "La Leyenda Negra" (de la que por cierto hay mucho que hablar) y que desde la época del Imperio Español se cierne sobre los pobres españoles hasta el punto de que hemos terminado por creérnosla.
Besos.

Soros dijo...

Gracias, Conxita.
Hay muchas cosas que a fuerza de repetirse acaban por formar parte de lo que todos dan por sentado sin ninguna razón lógica para ello. Pero, quién retira todos esos clichés que pesan sobre nosotros. Hasta se han adueñado del lenguaje y así, por ejemplo, decimos de algo que es "cojonudo" cuando está muy bien y de algo que es "un coñazo" cuando está muy mal. Fíjate qué modo más tonto de asociar el sexismo a lo bueno y a lo malo.
Gracias por seguirme y un saludo.

Ángeles dijo...

Todo esto me recuerda aquello que dijo aquél: "Dios creó el mundo en seis días. Y se nota" :D

Anónimo dijo...

Yo no sabía que nos habían creado dos veces, qué ignorancia la mía.
Lo que desde luego siempre me ha parecido muy sospechoso es que a la mujer la sacaran de una costilla del hombre, ¡toma ya!
Esto lo tiene que haber escrito un hombre y de los machistas, no es por nada.
Y que Dios nos creó a su imagen y semejanza, otra extraña afirmación si se tiene en cuenta lo imperfectos que somos los humanos.
Me he reído con tu texto.
Besos, Soros.

Lan dijo...

Cierto, Ángeles, la cosas no se pueden hacer con prisa. Luego pasa lo que pasa. Y es que no hay nadie que dé buen ejemplo. Ni Dios.

Soros dijo...

Paloma,como no sabemos casi nada de Dios, tampoco me atrevo a poner en duda que nos hiciera a su imagen. Vete tú a saber cómo es él.
El caso es que empezó con muy buena intención pero luego...
Me alegro de que te rieras.
Besos.