Cuando el acusado, señor Bes,
declaró que en sus operaciones financieras no hubo fraude, ni apropiación
indebida, ni evasión de capitales, ni delito fiscal, ni caja B, ni actividad
delictiva alguna, sino que aquello era un caso prístino, evidente y limpio de
contabilidad extracontable, Suseño le interrumpió. Y, con un gesto ambiguo de
desánimo, casi de abatimiento, como declarándose abiertamente incompetente para
el caso, Suseño dijo:
-¡Qué lástima!
Estos casos de contabilidad extracontable son interesantísimos, mas, por
desgracia, escapan a la natural jurisdicción de este tribunal. Naturalmente, me
veo en la obligación de inhibirme y desviar este proceso. Así pues, dada su
índole, debe encauzarse a la jurisdicción de la justicia extrajudicial y eso,
amén del trámite, puede que no pinte nada bien para el acusado.
-¿Por qué dice
eso, Suseño? –dijo respetuosamente el señor Bes, arqueando exageradamente las
cejas y con una cara tan plena de inocencia como un pan candeal.
-Porque es mi
deber informar al acusado de que la justicia extrajudicial está privatizada. O sea, que la hemos externalizado. Más
que nada para dar agilidad al sistema. En consecuencia, se ha transferido a una
ONG extraministerial y extragubernamental como su propio nombre indica,
concretamente a la SSF. Este interesante auto será juzgado por ellos y, en su
caso, sentenciado, como conviene en estos casos, con una pena extrapenal, o
sea, no contemplada en el vigente Código Penal, lo cual supone para el acusado
un aventurado riesgo, ¿comprende el acusado?
-Y, en
consecuencia, teme Suseño que el caso se dilate en el tiempo, ¿no es así? –dijo
con fingida, complacida y exagerada candidez el señor Bes.
-No, señor
Bes, todo lo contrario. Esta ONG despacha casos como el suyo en un momento. Son
especialistas en ley extralegal y en penas extrapenales. No en vano su acrónimo
significa Sicarios sin Fronteras. Quizás ahora me comprenda mejor. Pero, si
usted se empeña.
-Pero, Suseño,
yo no estaba informado de…
-Nada, nada.
Que resuelva la SSF. Miseño se inhibe hasta las trancas. La creatividad
delictiva ha llegado a sobrepasar la ciencia y paciencia de los tribunales de
justicia. A grandes males, grandes remedios.
10 comentarios:
Ea, se lo tenía extramerecido.
"Suseño" :D
PD: Nice to see you back.
Da miedo pensar que esto pudiera ocurrir en la realidad... Y, sin embargo, todo es posible...
Un placer volver a leerte.
Hola Soros,
Visto lo que vemos a todas horas, ya nada me sorprende y hace creíble aquello de que la realidad supera y en mucho, a la ficción. Por un instante mientras te leía he recordado una tristemente célebre indemnización en diferido y otras lindezas con las que nos toman el pelo con demasiada frecuencia.
Me ha gustado esa fina ironía que desprende todo el relato y ese lenguaje rico que siempre utilizas.
Un saludo y un placer leerte
Gracias, Ángeles.
Ya sabes, Suseño, Sumages, Susanti... and so on.
Gracias, Sara.
Nos aterran las cosas que vemos en los otros, no por piedad, sino porque tememos que también nosotros podamos padecerlas. Así solemos ser, salvo alguna excepción.
Gracias, Sara.
La creatividad en el lenguaje corre paralela a la desvergüenza, a hacer de la mentira una bella tendencia creativa y balsámica. La mentira es la reina del lenguaje. La fallera mayor de esta cremà continua.
Un abrazo.
No lo veo tan alejado de la realidad. Yo también me he acordado del finiquito en diferido, en fin...
Ya no hay mentiras, son "hechos alternativos".
Saludos, Soros.
Claro, Palomamzs. No me extraña que la delincuencia exija cualquier día al Tribunal Constitucional verse libres del intolerable acoso policial. Pero, si aún no lo han hecho, supongo que será porque se sienten cómodos en esta delincuencia extra delincuencial que tantos practican. El lenguaje es una traca diaria en la que estallan conceptos llenos de fantasía. Una muestra más de lo necesaria que es, en nuestros días, la cultura. Ella, y sólo ella, nos puede llevar a cualquier parte. Ya me lo decían de niño.
Saludos.
Si no fuera porque no quisiera este mundo todavía peor, me apuntaba a una SSF, pues todos los delincuentes de altura van "safando" como dicen ahora.
Y seguro que no serías la única. Cuando el gobierno convierte los negocios en una cosa suya, es muy fácil que otros se decidan a hacer una "Cosa Nostra".
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