La situación se está poniendo muy
complicada. Acaban de detener al pollero de mi barrio. Y no ha sido el único.
Las detenciones indiscriminadas comenzaron al día siguiente de las últimas
elecciones. Varios camareros fueron los primeros en caer. Pero no se le dio al
asunto mucha importancia porque los camareros, ya se sabe, suelen ser unos
bocazas que se pasan el día haciendo juicios de valor y aún cosas peores.
El asunto se trivializó
indebidamente porque no se calibró en positivo la envergadura del tema, o sea,
se miniminizó irresponsablemente una cosa de trascendencia extrema. Creíamos
que el tema se basaba, básicamente, en exageraciones interesadas, rumores
torticeros o comentarios malintencionados y sacados de contexto voluntariamente
adrede para polarizar a la gente. Un grandísimo error, un error gordísimo, en
definitiva, lo que viene a ser un graso error. Enseguida nos apercibimos: el
tema era muy complicado y hubiera convenido maximalizarlo a tope.
Cuando se llevaron a la señora
Mari, la de la mercería, los comentarios ya eran, básicamente, más fundados. El
barrio se llenó de temores y suspicacias y la gente en los bares ya no se
expresaba con la espontaneidad habitual que forma parte de su natural idiosincrasia.
La inquietud en mi barrio, como dice el peluquero, se ha disparado. Está
llegando a cotas antes jamás pensadas, inimaginables. Algo sumamente inaudito.
El tema, o sea, es muy fuerte.
Lo de Pepe, el pollero, ha sido
el último mazazo. Detener a un tipo como él, a todo un emprendedor, ha dejado
al barrio mentalmente colapsado.
Dicen, los que presenciaron su
detención, que el sano emprendedor, al salir esposado de la pollería, porfiaba
con la policía que aquello era un error de discernimiento y metodológico, que
él no había votado a “los malos”, que había votado a “los buenos”, que ahora que su ratio de ventas
estaba disparándose positivamente no podían detenerle y poner a su PYME en
riesgo de caer en el impago y a su familia en el del desahucio y la exclusión
social. Que aquello era una humillación muy denigrante.
Pero buenos son los guardias
civiles de la UCO con todo lo que huela a esa lacra nefasta de la corrupción
negativa. Y, claro, ante el espectáculo que se preparó, porque la Guardia Civil
es la Guardia Civil por muy UCO que se le llame, el prestigio del pollero se ha
puesto en entredicho, vamos que ha descendido en picado su nivel de popularidad,
bueno que, por muy emprendedor que fuera, su credibilidad se ha desplomado
negativamente. Que va a ser ya muy difícil poner en valor el buen nombre de
Pepe el pollero. Su figura va a ser muy difícil rehabilitarla socialmente.
Básicamente, ése es el tema. Muy complicado.
Varios vecinos, que iban a
marcharse a pasar el verano al pueblo por eso del éxodo estival en busca de las
propias raíces, se han visto absolutamente superados por la sucesión de estos
luctuosos acontecimientos y han pospuesto, sine die, la marcha al medio rural
por ver en qué para todo esto, o sea, el tema este.
Y es que el Venancio, el del bar
de al lado de la pollería, dijo que le oyó decir al cabo de la Benemérita que
esto no era más que el principio y que lo peor estaba por llegar. Y lo que el
Venancio dice, en mi barrio, va a misa. Yo creo que el Venancio, en aras del
derecho a la información, ha disparado la alarma social en el barrio. Aunque,
en el fondo, valoro positivamente la actitud de total transparencia que ha
mostrado el Venancio. Que el Venancio al pan, pan, y no hidratos de carbono
sometidos a elevadas temperaturas. Anda que no tiene el Venancio claro el tema.
Ya te digo.
Los jubilados, que hasta ahora
por evidentes razones de edad y achaques estaban libres de sospecha y eran bien
mirados, tienen también motivos de inquietud, sus detenciones se han disparado
alarmantemente. A un tal Agapito se lo llevaron del campo de petanca, codo con
codo, y le confiscaron hasta las bolas y el imán. Y hasta se mosquearon los
agentes con el aparatito que llevaba, y, menos mal, que se dieron cuenta de que
era un marcapasos. Pero esa misma tarde, en la taberna del Baco Zido, fueron detenidos
otros dos jubilados mientras jugaban de pareja al dominó y estaban a punto de
cerrar a pitos.
Dicen que muchos otros vejetes,
también ciudadanos de la tercera edad, que pretendían, so pretexto del calor,
esconderse en sus pueblos, han sido detenidos por los rurales de la Guardia
Civil que, sin tanto toque de anticorrupción ni de policía fiscal, imponen
mucho más que los de la UCO. Como conejos dicen que han caído, en manos de la
Benemérita, los “panteras grises” mientras sesteaban en sus pueblos sintiéndose
en total impunidad.
En fin que en mi barrio ya se ha
perdido la cuenta de los detenidos. Algunos dicen que son casi las dos quintas
partes del censo. Yo no les creo, me parecen cifras interesadamente hinchadas
por los agoreros de siempre. Un tema, el de la veracidad de estas
informaciones, muy complicado.
Dice el Venancio que las tasas de
detenciones se están incrementando positivamente y que, aunque él prefiere no
pronunciarse sobre el tema porque le faltan elementos ponderados de juicio,
valora como exponencialmente positiva la actitud de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado, o sea, de los guardias, aunque él no descarta ninguna
hipótesis alternativa o alguna otra detención sorprendente.
Y es que el incremento aumentativo
de jubilados, en los últimos años, no parece producirle al Venancio ninguna
confianza positiva y, aunque dice que a él no le consta, supone, por todos los
indicios, que han iniciado una revolución secreta los jubilatas para cambiar
los destinos de España. Que sólo les importan sus pensiones, que no piensan en
el futuro del país y que, con su voto, están propiciando que el sistema se
colapse y venga, sin dilación, la “dictadura del capitaliado”. Y que muchos,
sostiene el Venancio para concluir con el tema, dicen con cinismo que pa lo que
les queda en el convento… Y que eso, a su juicio, es de una antisocialidad
insensible y totalmente negativa y antisolidaria a todas luces, y, añade, que a
los viejos bastante se hace con pagarles la pensión, que el derecho al voto
para los que trabajen, que son los que saben de qué va el tema. Joder, vaya
tema, qué problemática tan conflictiva, amén de complicada, y cómo se explica
el Venancio, con qué sentimiento, con qué corazón, cómo se le ponen las venas
del cuello. Si por él fuera, echaba a los viejos de Europa. Vamos que los
corría a chorrazos hasta los Urales. Qué fuerte. Ya te digo.
Al fin se ha sabido de qué acusan
a los detenidos: Colaboración con banda de delincuentes comunes, amparo a
delincuentes, connivencia clandestina con corruptos.
Dicen que van a prohibir la
tolerancia pasiva a la choricería y, aún más, su exaltación, y que han tenido
que tomar cartas en el asunto hasta los de Bruselas pues el tema lo asocian
propiamente con la mismísima Mafia. Un tema muy complicado. Ya te digo.
Quién lo iba a decir de Pepe, de
la señora Mari, de los camareros y de los y las jubilatas. Que andaban
protegiendo a delincuentes nada menos que con una cosa tan positivamente
sagrada como el voto cívico que tanto costó conseguir a las pasadas generaciones
de luchadores por la democracia y la libertad. Bueno, yo, ni por asomo, me pensaba
rodeado de tanto encubridor. Vamos que ni se me había pasado por el
pensamiento. Ni por pensaba que pudiera ser ese el tema. Joder, tío, qué
fuerte.
Bueno, un servidor se larga
mañana al pueblo y salga el sol por Antequera.
-Coño, quién será a estas horas.
-Que salgas, Mariano, que están
aquí los de la UCO preguntando por ti.
-¡Dita sea, cómo s’habrán
enterao! ¡Ni que estuviéramos en Venezuela! ¡Qué digo, esto es peor que la Cuba
de Castro!
8 comentarios:
Jajajaja. Básicamente, considero al Venancio el peligro público número uno. Pero estas hipérboles me gustan. Son un buen recurso para el humor.
Besitos.
De piedra me he quedado con el tema. Si es que es lo que pasa, que no te puedes fiar de nadie. Ya te digo :D
Muy bien parido. Fiarse ya, poco.
Pues yo mejor me ando con ojo, que los zorros chanchulleros como yo siempre estamos en el punto de mira de esta gente. Y eso que no hacemos mal a nadie, siempre todos contra el más calvo.
Cualquier cosa es buena para el humor, Sara.
Besos.
O sea, es que el tema es muy fuerte, es mazo fuerte, es hipermegasuperfuerte, tía.
Saludos, Ángeles.
Gracias, Jordim. También me gusta lo que escribes tú.
Saludos.
Sí, tú, especialmente, Holden, estás en el punto de mira en todos los casos, que son muchos, en los que no se descarta ninguna hipótesis.
Un saludo y gracias.
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