Ella no cree en el derecho de otros a decidir sobre su maternidad.
Él está en contra de prolongar el sufrimiento innecesario de los pacientes para lucrarse de sus enfermedades.
Ellos piensan que la unión de dos personas puede ser un matrimonio.
Ella no quiere que a sus hijos los programe la Iglesia, la Empresa, o el Estado, es más, le gustaría que los medios de comunicación tampoco lo hicieran.
Él tiene muy claro que empresarios y obreros no son colegas ni asociados.
Ella quiere estudiar en la lengua del país donde vive y no imponer la suya.
Ellos quieren que todos los españoles piensen tanto en lo que les une como en lo que les separa y, así, lleguen a entenderse, apreciarse y respetarse.
Y muchos quieren que nadie hable por ellos. O, por lo menos, a eso aspiran.
Él está en contra de prolongar el sufrimiento innecesario de los pacientes para lucrarse de sus enfermedades.
Ellos piensan que la unión de dos personas puede ser un matrimonio.
Ella no quiere que a sus hijos los programe la Iglesia, la Empresa, o el Estado, es más, le gustaría que los medios de comunicación tampoco lo hicieran.
Él tiene muy claro que empresarios y obreros no son colegas ni asociados.
Ella quiere estudiar en la lengua del país donde vive y no imponer la suya.
Ellos quieren que todos los españoles piensen tanto en lo que les une como en lo que les separa y, así, lleguen a entenderse, apreciarse y respetarse.
Y muchos quieren que nadie hable por ellos. O, por lo menos, a eso aspiran.
4 comentarios:
Yo tampoco creo en el derecho de otros a decidir sobre mi cuerpo, maternidad o negativa a prolongar el sufrimiento innecesario.
Estoy seguro, Piel de Letras, pero el entorno suele ser tan machacón, tan parcial, tan arrastrador con sus medias verdades, que todos podemos sucumbir a oscuros intereses.
Me parece, me parece que todos ellos hablan desde slóganes manidos y prefabricados y después dicen que quieren que nadie hable por ellos. Pero en esta sociedad, donde todo, ¡absolutamente todo!, está clasificado, ¿quién puede sentirse realmente libre?
Si no he errado en la interpretación, me parece un texto magnífico; y si he errado, también.
Saludos.
No has errado, no.
Eso, ¿quién puede sentirse libre? Y, de entre lo que se sienten, ¿quién lo es de verdad?
Mucha gracias por tu comentario, Sara.
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