tag:blogger.com,1999:blog-27935709.post4489295946697574758..comments2023-12-12T23:44:44.573+01:00Comments on Aceptando lo que venga: PruebaSoroshttp://www.blogger.com/profile/13767898612657921584noreply@blogger.comBlogger2125tag:blogger.com,1999:blog-27935709.post-73350501250727572852007-12-18T09:06:00.000+01:002007-12-18T09:06:00.000+01:00Creo que su comentario supera al corto artículo, p...Creo que su comentario supera al corto artículo, pero se lo agradezco mucho.Soroshttps://www.blogger.com/profile/13767898612657921584noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-27935709.post-14915195647452625512007-12-17T23:59:00.000+01:002007-12-17T23:59:00.000+01:00Dicen los dinosaurios de la RAE que limpian, fijan...Dicen los dinosaurios de la RAE que limpian, fijan y dan esplendor. Yo aún no he visto los plumeros, el pegamento ni la brillantina. Bueno, una brillantina bien rancia y unas gafas de pasta de esas negras, negras, negras que esconden unos ojitos tan pequeños como su cerebro no diré que no. Pero vaya, que como que aún no tengo complejo de más mono que el nos dio Darwin allá en el siglo de Europa, no me iré por las ramas. Debo decirle que desconozco si el tema de su escrito es biográfico. No me sorprendería que lo fuera dada la naturaleza del marco. En todo caso eso es lo de menos. Si no le sabe mal, le diré que el tema de su escrito es el sentido del equilibrio. El personaje, un hombre común, natural (se deduce al final), en un principio parece que va a transformarse como el de Kafka. Vamos, a menos eso a me parece a mí. La habitación es el lugar de recreo/tortura del personaje. Una habitación que al kafkiano se le hace pequeña y al suyo le da vueltas. Una habitación que es el inicio de la tortura. Una habitación las paredes de la cuál son demasiado pequeñas para seguir estando ahí. Una habitación que obliga al personaje a salir echando leches, de probarse, de experimentar. En su caso, el mozuelo se lanza a la aventura (tal y como lo hacen, ¡qué le voy a decir!, Perceval, Boor y Galeás en el Roman de Chretéien de Troyes. Vamos, el inicio o, si bien, la promoción del género de la aventura que luego va a degenerar con historias de sotanas). Una aventura tal y como es la de probarse a uno mismo. La de ver hasta dónde puedes llegar. Una aventura, una prueba que poco tiene que ver con la de los héroes antiguos (véase Ulises, Éneas, Hércules…) y tampoco con los héroes del Género de Arturo (viz los de más arriba entre otros). Un héroe común. Sí. Un héroe de calcetines sucios y pelo en el sobaco. Un héroe que vive aceptando lo que venga. Incomprendido. Y para el que cada día, como para muchos, es una cata. Más o menos jodida, pero una cata, una. Con o sin taninos. <BR/>Un saludo. Le seguiré leyendo.Anonymousnoreply@blogger.com